¿Qué es la parálisis de Bell?
La afección conocida como parálisis de Bell es una forma de parálisis facial temporal que suele afectar la mitad de la cara.
Existen otros tipos de debilidad de los músculos faciales que a menudo se denominan, por error, parálisis de Bell, pero sus causas y enfoques de tratamiento no son los mismos. En el caso de quienes, de repente, pierden el control de la mitad de la boca y no pueden cerrar el ojo del mismo lado de la cara, un diagnóstico preciso es esencial para la tranquilidad y la recuperación adecuada.
“La aparición repentina de una parálisis facial es alarmante y tiene un impacto psicosocial”, señala Liliana Ein, M.D., cirujana plástica y de reparación facial de University of Miami Health System. “Es por eso que les recalco a los pacientes que no quedarán de la forma en que se ven en su peor momento. Sin duda alguna, la parálisis de Bell mejorará y esto debería hacer que los pacientes se sientan mejor. Todos los casos de parálisis de Bell muestran algún nivel de recuperación espontánea dentro de los cuatro a seis meses posteriores a la aparición.
“Si la afección no comienza a recuperarse sola en cuatro meses, nos ponemos en estado de alerta máxima porque hay algo más que está mal”. Otras causas de parálisis facial incluyen tumores, traumatismos, infecciones (como la enfermedad de Lyme) y enfermedades autoinmunitarias. Cuando se descartan todas las demás afecciones subyacentes, el diagnóstico es parálisis de Bell.
¿Cuál es la causa de la parálisis de Bell?
Los expertos creen que esta forma de parálisis facial se debe a la reactivación del virus del herpes simple (VHS) cuando el cuerpo se encuentra bajo cierto nivel de estrés. “La mayoría de las personas han estado expuestas al VHS, generalmente desde la niñez, al igual que a otros virus comunes”, dice la Dra. Ein, aunque el virus puede permanecer inactivo y no causar nunca brotes de ampollas en la boca o en los genitales. “Se desconoce el mecanismo exacto, pero no creemos que exista más probabilidad de que uno tenga parálisis de Bell si sabe que ha tenido, o no, un brote de herpes”.
Cuando su sistema inmunitario combate la reactivación viral, causa inflamación en el área donde se encuentran las células del nervio facial, en la base del cráneo. “El nervio facial está en un canal óseo, por lo que no hay espacio para que se inflame”, explica la Dra. Ein. “Esto ejerce presión sobre el nervio, lo que provoca debilidad muscular y parálisis en menos de 72 horas. Cuando los nervios comienzan a recuperarse, la función facial regresa”.
¿Cómo se trata la parálisis de Bell?
Después del diagnóstico, la primera línea de tratamiento consiste en una combinación de corticoides administrados por vía oral en dosis altas (para reducir la inflamación) y medicamentos antivirales que inhiben el virus del herpes simple.
La parálisis de Bell no suele implicar un dolor intenso. Sin embargo, se pueden usar analgésicos, como la aspirina, el acetaminofeno y el ibuprofeno, o calor húmedo, para aliviar las molestias detrás de la oreja.
Una parte esencial del control de la parálisis de Bell es el cuidado de los ojos. La parálisis facial parcial dificulta o impide el parpadeo y el cierre completo del ojo afectado. Los ojos demasiado secos y afectados pueden provocar dolor ocular, infección y exposición a la queratitis (daño o cicatrización de la córnea).
El cuidado adecuado de los ojos incluye colocarse lágrimas artificiales sin conservantes durante todo el día, aplicarse una pomada lubricante para los ojos llamada LACRI-LUBE® antes de dormir y cubrir el párpado afectado con cinta adhesiva o usar una cámara húmeda mientras duerme.
A determinados pacientes con parálisis de Bell aguda de gravedad, es posible que se les ofrezca una cirugía de descompresión (destinada a aliviar la presión que se ejerce sobre el nervio facial). “Este procedimiento requiere la experiencia de un neurocirujano y un otoneurólogo para perforar el canal óseo que rodea el nervio facial y generar más espacio para la inflamación. La cirugía se realiza dentro de los 14 a 21 días posteriores al inicio de la parálisis facial. El procedimiento requiere pruebas específicas para determinar si el paciente reúne los requisitos para someterse a la cirugía, por lo que no se realiza comúnmente”.
Algunos pacientes con parálisis de Bell pueden recuperarse con fisioterapia administrada por terapeutas que se especializan en tratar a personas con trastornos del nervio facial. La fisioterapia puede ayudar con la pérdida de movimiento facial, disminuir el babeo y ayudar a los pacientes a controlar los cambios en la función facial que se presentan durante la recuperación. Algunos tipos de fisioterapia pueden incluir entrenamiento de biorretroalimentación electromiográfica, que es diferente de los tratamientos de estimulación eléctrica que pueden ser dolorosos (no recomendados para personas con parálisis de Bell porque pueden retrasar la recuperación).
No hay evidencia de que la acupuntura pueda ayudar a restaurar la función de los músculos faciales o a mejorar la apariencia de la parálisis facial.
Sin embargo, a algunos pacientes les resulta relajante. “Si le gusta la acupuntura y siente que lo ayuda a relajarse o a estar mejor emocionalmente, adelante”, dice la Dra. Ein.
“La parálisis de Bell tiene repercusiones emocionales. Perder la capacidad de expresar emociones con la cara puede ser devastador. Tener dificultad para mantener la comida en la boca, o morderse el labio superior al masticar o hablar, pueden causar mucho estrés y tristeza. Las técnicas y las terapias de relajación pueden ayudar a su mente y psiquismo a sobrellevar la situación”.
¿Cómo es la recuperación de la parálisis de Bell?
El 70 % de los pacientes con parálisis de Bell recupera la función normal de los músculos faciales de manera gradual y completa.
Alrededor del 30 % restante no logra una recuperación adecuada. Estos pacientes presentan cambios permanentes en su rostro, que pueden afectar su función y apariencia. “Estas personas, con sincinesia o hipertonicidad, no podrían haber hecho nada para prevenir esta recuperación deficiente. Es el cuerpo quien decide qué hacer”, dice la Dra. Ein. “Sin embargo, si presenta una recuperación excesiva en ciertas áreas del rostro y tiene algunos problemas persistentes, podemos ayudarlo a lograr un mejor equilibrio y una mejor capacidad funcional del rostro”.
“Una vez que transcurre un año después de la aparición de la parálisis de Bell, el cuerpo termina de recuperarse. En este punto, se encuentra en su ‘nueva normalidad’. Es aquí donde el tratamiento puede comenzar a abordar cualquier signo de recuperación desorganizada”, explica la Dra. Ein.
La cirugía reconstructiva puede ser una opción para las personas con parálisis de Bell crónica o que no se ha recuperado de manera satisfactoria. “En UHealth, ofrecemos un enfoque gradual para tratar la parálisis de Bell crónica, comenzando con fisioterapia y quimiodenervación o Botox. A medida que avanzamos en la escalera reconstructiva, la miectomía o la neurectomía dirigidas, para eliminar músculos o nervios que funcionan mal, pueden mejorar la simetría y la función faciales y lograr un resultado más refinado. Estas cirugías se utilizan con frecuencia para ayudar a lograr una sonrisa más equilibrada y expresiva. Existen otras cirugías, que incluyen la transferencia de músculos, para mejorar aún más la función de la sonrisa”, dice la Dra. Ein.
Si usted o un miembro de su familia tienen parálisis facial o pérdida de la función de los músculos faciales, llame al Programa de Nervios Faciales de UHealth al 305-243-3564 o programe una cita.
Dana Kantrowitz es escritora colaboradora de UMiami Health News.
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