Los tratamientos singulares para el cáncer fomentan la creatividad, la tranquilidad y la armonía
Luchar contra el cáncer es difícil tanto para el cuerpo, como para la mente y el espíritu. Sin embargo, algunos tratamientos para el cáncer no tradicionales ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Los tratamientos tradicionales como la quimioterapia, la radiación y la cirugía ciertamente salvan vidas. No obstante, los pacientes tienen que enfrentarse a la depresión, el estrés, los efectos físicos y mentales relacionados con la quimioterapia y, muy a menudo, a perder las esperanzas.
Los servicios de apoyo para personas con cáncer pueden proporcionar más que simplemente una distracción grata del estrés que implica el tratamiento de esta enfermedad. Pueden levantar el ánimo, mejorar el funcionamiento cerebral y reducir las limitaciones de movilidad. También restauran un sentido de propósito e independencia, desencadenan el pensamiento creativo, fomentan la autoexpresión y presentan a los pacientes con cáncer y a sus familiares iniciativas de arte inspiradoras y animales cariñosos.
“Atravesar las etapas de la creatividad puede iniciar la respuesta de relajación del cuerpo”.
“Los pacientes con cáncer que realizan creaciones artísticas tienen más probabilidades de disminuir los síntomas de aflicciones físicas y emocionales durante el tratamiento”, explica Leah Andritsch, la instructora de El arte en la medicina en el Sylvester Comprehensive Cancer Center, que forma parte del University of Miami Health System.
“Trabajo con pacientes de manera individual junto a su silla o cama y en talleres grupales, y utilizo algunas actividades de manualidades y arte visual para brindar apoyo al bienestar de los pacientes. Atravesar las etapas de la creatividad puede iniciar la respuesta de relajación del cuerpo. Este efecto puede mejorar el tratamiento médico al proporcionar al cuerpo la fortaleza para someterse al proceso de curación.
“Participar de actividades artísticas puede también servir como un refugio de las emociones intensas relacionadas con la enfermedad. Realizar creaciones artísticas es una experiencia consciente que brinda un espacio físico y mental para concentrarse en la imagen o tarea que está desarrollando. Permite al participante escaparse del ruido que lo rodea en un entorno de atención de la salud. Realizar actividades artísticas también puede ayudar a un paciente o cuidador a expresar experiencias o emociones que son muy difíciles de expresar en palabras, por ejemplo, un diagnóstico de cáncer. Participar de una actividad de autoexpresión artística después de recibir un diagnóstico de cáncer puede ayudar a reconstruir la identidad positiva del paciente. Puede otorgarle un significado a una experiencia difícil y fortalecer a pacientes para que ejerzan autonomía, algo que comúnmente se pierde durante el tratamiento, y beneficiarse del sentido del logro”.
“Una paciente nuestra en particular se ha dedicado en gran medida a la pintura”, indica. “La primera vez que intentó pintar fue cuando la conocí en la unidad de transfusión de quimioterapia donde recibía el tratamiento. Juntas pintamos un pequeño atardecer y, al terminar, estaba sumamente orgullosa de sí misma. A partir de ese momento, continuó pintando y dice que es su momento para escaparse y relajarse. Pude ayudar a alguien a descubrir su creatividad como un medio de diversión y bienestar, que es todo lo que puedo esperar para todos mis participantes”.
Si usted o un ser querido recibe un tratamiento contra el cáncer, considere tomar clases de arte o participar de un taller o club de manualidades. Tome un libro para colorear para adultos. Inicie un diario creativo, ya que puede ser más fácil pintar en una página que en un cuadro entero. Intente realizar proyectos publicados en Pinterest o YouTube.
Andritsch recomienda cualquier tipo de salida o evento creativo que se adapte a sus intereses. “Si le interesa el arte, pero no realizar creaciones artísticas, visite un museo o vaya a ver una obra de teatro o un musical. Incluso como espectador de arte pueden obtenerse beneficios similares a crearlo”.
A todos les gusta la música. Sin embargo, usar la música como medio de tratamiento para el cáncer es una revelación.
La musicoterapia no es simplemente poner música para los pacientes. Esta terapia ofrece música ambiental en centros para el tratamiento del cáncer, donde se crea una atmósfera que es más relajante para el sistema nervioso central que el ruido ambiente o del televisor. Los pacientes también se benefician de aprender a tocar un instrumento, de la improvisación, de cantar, escribir canciones y de técnicas de relajación con música. Algunos pacientes sobrevivientes del cáncer y sus seres queridos participan de un coro que reduce los efectos prolongados del estrés crónico y puede ayudar a brindar apoyo a su salud inmunitaria.
“Si bien escuchar música de manera pasiva puede ayudar a reducir el dolor y la ansiedad, muchos pacientes obtienen incluso más beneficios de la participación activa en técnicas de relajación con música”, menciona Mary Kauffman, musicoterapeuta certificada de Sylvester. Estas intervenciones implican una participación activa a través de métodos guiados por imágenes, relajación muscular progresiva y respiración profunda al ritmo de la música.
Simplemente escuchar música relajante calma la frecuencia cardíaca y respiratoria, lo que relaja los músculos tensos y reduce los calambres y el dolor percibido de los pacientes. Crear música de manera dinámica libera dopamina, serotonina y endorfinas en el cerebro, lo que mejora el estado de ánimo, disminuye la depresión, mejora los patrones del sueño y reduce la sensación de dolor. Concentrarse en una composición musical o intentar tocar un instrumento distrae a los pacientes de su dolor y malestar.
Debido a esto, “los pacientes que reciben musicoterapia en un hospital tienden a solicitar menos medicamentos para el dolor y las náuseas”, indica Kauffman.
“Nuestros métodos se basan en la música; sin embargo, estas intervenciones pretenden alcanzar metas que no son musicales”, agrega. “Conocemos pacientes donde se encuentran y les proporcionamos herramientas para mejorar su situación inmediata y continuar a través de la música”.
Si usted o un ser querido no pueden participar del servicio de musicoterapia de Sylvester, escuche música en casa. Bailar o ejercitar al ritmo de la música en su casa o en una clase no solo es motivador. Está comprobado que reduce el estrés, mejora el estado de ánimo, ayuda a mantener un peso saludable y reduce los riesgos de padecer enfermedades potencialmente mortales. Incluso si no se considera un buen cantante, cantar como parte de un coro puede estimular su memoria, atención y coordinación.
Si bien un diagnóstico de cáncer puede desencadenar sentimientos de desamparo y desesperanza, Kauffman menciona que “alcanzar metas pequeñas, como aprender algunos acordes del ukelele, aumenta las sensaciones de fortalecimiento y resiliencia”.
“Cuando ya nada más puede alegrarle el día a un paciente con cáncer, un perro puede lograrlo”.
Tangela Hillery, que organiza los servicios de terapia con mascotas en Sylvester, indica que está comprobado que interactuar con un animal disminuye la presión arterial y mejora el estado de ánimo que es beneficioso para todos, en especial para los pacientes con cáncer, sus seres queridos y cuidadores.
Algunos pacientes no tienen una mascota en casa; por lo tanto, los servicios de terapia con animales ofrecen la posibilidad de interactuar con perros tranquilos y cariñosos. Esto ayudará a aliviar algunos de los tipos de estrés relacionados con el tratamiento del cáncer.
“Nos hemos asociado con Humane Society del condado de Miami-Dade para realizar días de terapia con mascotas programados y ellos traen de tres a cuatro perros a nuestro centro en cada visita”, menciona Hillery. “Los perros están adiestrados y cuentan con el certificado de la prueba de buen ciudadano canino, y tienen el temperamento adecuado para este entorno”.
¿Cómo es la terapia con mascotas?
“Tenemos un perro en el jardín para que el personal y los pacientes se sienten y jueguen con él en el césped. También acompaño a uno o dos de los perros a las áreas de pacientes: En la sala de espera de la clínica y en la unidad de tratamiento de quimioterapia donde los pacientes reciben realmente la terapia”, indica Hillery.
“Les encanta ver a los perros y acariciarlos. Esto tiene dos propósitos ya que los miembros del personal también disfrutan de acariciarlos. Es una distracción relajante y agradable del estrés de la rutina diaria. Algunas personas me siguen por toda la unidad de transfusión de quimioterapia para interactuar más con los perros.
“Un día, tuvimos un gran danés —del tamaño de un caballo pequeño— y no podía dar dos pasos seguidos con él sin que alguien quisiera detenerse y abrazarlo y tomarse una fotografía con este perro. Tenemos un centro para el tratamiento del cáncer en niños, y otro perro más pequeño que estaba de visita era más grande que este niñito en tratamiento. Sin embargo, el niño seguía al perro por todo el centro y lloraba cuando se iba.
“Qué alegría brinda este servicio a nuestros pacientes, a sus familias y al personal. Es la terapia más importante porque les brinda felicidad y los alivia del estrés por el que están atravesando. En ese momento, están conectados con el perro. Y los perros lo disfrutan también. Es sorprendente observar cuán pacientes y atentos los perros pueden ser, en especial con pacientes que sufren o tienen un día difícil”.
Servicios de apoyo para personas con cáncer
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Dana Kantrowitz es escritora colaboradora de UMiami Health News.