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¿Está tomando demasiados medicamentos?

7 min read  |  abril 08, 2022  | 
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Los medicamentos tratan, curan y disminuyen lo que a menudo pueden ser enfermedades dolorosas y debilitantes. En tiempos de necesidad, ya sea por afecciones agudas o crónicas, ofrecen esperanza y alivio. Pero cuando una persona toma demasiados medicamentos o los usa de manera indebida, el milagro de los fármacos se vuelve un arma de doble filo, que causa efectos secundarios inesperados, o algo peor.

La polimedicación, que se define como la toma regular de cinco medicamentos o más, es un problema creciente en los Estados Unidos. La polimedicación incluye no solo medicamentos recetados, sino también suplementos alimenticios, hierbas y otros remedios naturales.

Sin embargo, Marcio R. Soares, M.D., Jefe de Medicina Geriátrica y Paliativa de University of Miami Health System, interpreta la polimedicación desde una perspectiva más general.

“No se trata tanto de una cantidad específica de medicamentos sino del uso inapropiado”, explica el Dr. Soares.

“Si uno está tomando un medicamento cuando ya no lo necesita o nunca lo necesitó, eso también puede ser un problema”.

La polimedicación es “sumamente común” entre los ancianos, agrega el Dr. Soares. Las observaciones y los estudios de los médicos confirman esta desafortunada realidad. Un informe de Lown Institute, un grupo de expertos independiente que aboga por una mayor equidad dentro de nuestro sistema de atención médica, subraya este preocupante problema.

El estudio de Lown encontró que el 42 % de todos los ancianos en los Estados Unidos toma cinco medicamentos recetados o más al día. Casi el 20 % toma 10 medicamentos o más.

Y lo más preocupante es que, en las últimas dos décadas, los casos de polimedicación se han triplicado. El instituto predice que, si esta tendencia continúa, el exceso de medicación o el uso inapropiado de medicamentos que, de usarse bien, serían útiles, podría provocar unas 150,000 muertes prematuras en los próximos 10 años. Estos episodios costarán $62,000 millones y darán lugar a 4.6 millones de hospitalizaciones solo en los Estados Unidos.

Otros estudios confirman esta terrible advertencia.

Una encuesta de 2016, por ejemplo, encontró que más de la mitad de los 100 pacientes de edad avanzada admitidos en un hospital tomaba entre cinco y nueve medicamentos. En el 52 % de los casos, se observaron interacciones potencialmente peligrosas entre estos fármacos.

No es solo un problema de Estados Unidos, por supuesto. La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la polimedicación es un importante problema de salud pública, y responsabiliza a los sistemas sanitarios por los millones de hospitalizaciones evitables que tienen lugar debido a reacciones adversas a los medicamentos.

Tampoco son solo los ancianos los que toman demasiadas pastillas.

Por ejemplo, es posible que haya padres bien intencionados que también estén medicando en exceso a los niños pequeños con ciertas afecciones. En 2016, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades emitieron una declaración instando a los padres de niños en edad preescolar con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) a probar primero una terapia conductual antes de usar medicamentos.

Sin embargo, la medicación en exceso sigue siendo principalmente un problema en personas de 65 años o más. En realidad, es un subproducto de la medicina moderna.

“A medida que vivimos más, también vivimos con más afecciones crónicas”, dice el Dr. Soares. “Lo que solía ser una enfermedad potencialmente terminal, como la diabetes o el VIH/SIDA, ahora puede tratarse de manera efectiva”.

Tomar demasiados medicamentos, incluso cuando es necesario, puede ser complicado. Esto se debe a que nuestra reacción a los medicamentos cambia a medida que envejecemos y nuestro metabolismo se ralentiza.

“Al envejecer, nuestros órganos comienzan a desacelerarse”, agrega el Dr. Soares. “Si uno observa el hígado y los riñones, verá que se vuelven menos eficientes para descomponer y eliminar los medicamentos”.

Además, un análisis de 2020 publicado en Review of Pharmacology and Toxicology encontró que hasta la mitad de los pacientes que tomaban cuatro medicamentos o más no siempre lo hacían según lo recetado. Por otra parte, cuantos más medicamentos se toman, mayor es el riesgo de interacciones perjudiciales.

Abordar el problema de la medicación excesiva puede resultar desafiante, pero no imposible.

Estas son algunas recomendaciones del Dr. Soares:

  • Ponga todos sus medicamentos en una bolsa y llévelos a cada visita con su médico de atención primaria u otro profesional médico. El Dr. Soares llama a esta estrategia “medicina de la bolsa de papel”, pero es una excelente manera de recordar cada receta (y suplemento) junto con sus dosis.
  • No dude en hablar sobre sus medicamentos con su médico. “Esto debería conducir a una conversación que aborde por qué se necesita cada medicamento, cuál es la dosis adecuada y qué medicamentos se pueden suspender”.
  • Si visita a un nuevo médico o especialista, infórmele sobre los medicamentos que está tomando. Manténgalo actualizado avisando sobre cualquier nuevo medicamento o suplemento de venta libre que empiece a tomar.
  • Asegúrese de entender “para qué son estos medicamentos y cuáles son sus beneficios y sus riesgos”, agrega el Dr. Soares. “Uno siempre debe procurar que los beneficios superen los posibles efectos secundarios”.
  • Esté atento al uso adecuado (tanto de la cantidad de la dosis como de la duración) de cada fármaco. Es muy frecuente que las personas continúen tomando somníferos y ansiolíticos mucho tiempo después del que deberían haberlos dejado. Incluso pueden aumentar la cantidad. Eso se debe a que estos medicamentos tienden a volverse menos efectivos con el tiempo. Su médico debería ofrecerle alternativas.
  • Esté atento a lo que el Dr. Soares llama “el efecto cascada”. Es cuando los efectos secundarios de un medicamento requieren el uso de un segundo medicamento para tratar esos efectos secundarios. Dependiendo de la situación (y siempre se debe consultar a un médico), tal vez sea mejor suspender o reemplazar el primer medicamento.
  • Ciertos medicamentos pueden ser especialmente riesgosos para las personas ancianas. Estos incluyen los opioides, los antipsicóticos, los medicamentos para la diabetes, los anticoagulantes, los sedantes hipnóticos y los medicamentos para la presión arterial. Además, las benzodiacepinas, los sedantes recetados que no sean benzodiacepinas, los anticolinérgicos, los antipsicóticos, los estabilizadores del estado de ánimo y los analgésicos opiáceos se encuentran entre los medicamentos utilizados con más frecuencia que afectan de manera adversa la función cognitiva.

“El objetivo no es quitar un medicamento porque sí”, explica el Dr. Soares. “No se trata de ‘quiero pasar de ocho pastillas a una’. Lo que tenemos que hacer es identificar los medicamentos que uno ya no necesita o aquellos que, básicamente, actúan de la misma manera».

La pregunta siempre debe ser: “¿Estoy tomando el medicamento correcto de la manera correcta [para mi afección] en este momento?”.


Ana Veciana-Suarez, columnista invitada

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Ana colabora de forma habitual con el University of Miami Health System. Es una autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post. Visite su sitio web en anavecianasuarez.com o sígala en Twitter: @AnaVeciana.


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Tags: demasiadas pastillas, Dr. Mauricio Soares

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