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El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es real; he aquí cómo controlar los síntomas

7 min read  |  abril 19, 2021  | 
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Muchas personas se sienten abrumadas por la sobrecarga de información y la multitarea que exige nuestro acelerado mundo. Imagínese lo que esas exigencias suponen para las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). La falta de atención, la inquietud y la desorganización asociadas al TDAH se basan en los genes y en la función cerebral. La hiperactividad y la falta de control de los impulsos suelen aparecer en los niños, pero tanto estos como los adultos pueden tener problemas de concentración, paciencia, autocontrol y otras habilidades para la vida. Además, los síntomas pueden diferir entre los varones y las mujeres.

Según la persona, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede presentarse como falta de atención (tradicionalmente llamado TDA), hiperactividad e impulsividad (tradicionalmente llamado TDAH) o una combinación de los tres. Mientras que una persona puede ser muy enérgica, otra puede parecer tranquila y perdida en sus pensamientos, y otra puede ser desorganizada durante casi toda su vida.

El comportamiento hiperactivo e impulsivo disminuye con la edad, pero el trastorno no desaparece, afirma Barbara J. Coffey, M.D., directora del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de University of Miami Miller School of Medicine. “Persiste en el tiempo, y se caracteriza por déficits en la función ejecutiva”, afirma la Dra. Coffey. Las funciones ejecutivas, como la concentración, la planificación, la organización y la autorregulación, se vuelven más difíciles en el paso de la adolescencia a la edad adulta. En otras palabras, a medida que aumentan las demandas, también aumenta la frustración. “A los niños inteligentes les va bien hasta la escuela media o secundaria. Cuando aumentan las demandas cognitivas, es más difícil mantener el ritmo”, afirma la Dra. Coffey.

El diagnóstico es clave para tener un mejor control

“Ahora podemos diagnosticar la aparición de este trastorno hasta los 12 años. Si no se diagnostica ni se trata, el TDAH puede causar problemas psicológicos desde finales de la adolescencia hasta apenas pasados los 20 años, como depresión, ansiedad y abuso de sustancias (algunas personas se automedican para modular sus síntomas)”, afirma la Dra. Coffey.

Muchas personas tienen la inteligencia suficiente como para compensar sus síntomas. Aun así, no ser diagnosticado puede llevar a relaciones problemáticas, inestabilidad laboral y problemas con la ley, advierte la Dra. Coffey. Dejando de lado estos obstáculos, las personas que crecieron antes de que se diagnosticara comúnmente el TDAH pueden luchar con otras dificultades. Por ejemplo, la Dra. Coffey recuerda a un paciente con una inteligencia única que se enfrentaba a una posible crisis profesional. “A ese médico nunca se le dio un diagnóstico. No podía concentrarse en las historias clínicas de sus 50 a 60 pacientes, así que posponía sus tareas y estuvo a punto de ser despedido”. Con el diagnóstico y el tratamiento, el médico pudo desempeñar su trabajo rápido y exigente.

El diagnóstico del TDAH comienza con un examen físico y psiquiátrico o psicológico completo para descartar otras afecciones que puedan complicar el diagnóstico. El médico les pide al paciente y a sus padres los antecedentes médicos del paciente. Además, los médicos suelen ponerse en contacto con los maestros de los niños y adolescentes, ya que el diagnóstico exige que se produzca una alteración en más de un entorno, por lo general, el hogar y la escuela.

Control de los síntomas

Si existe un trastorno, se suele tratar con medicamentos e intervenciones psicosociales. Si bien la Dra. Coffey cree que los medicamentos controlan muy bien los síntomas, no tiene por qué ser el tratamiento por defecto. “Con una forma leve de TDAH, primero probamos con un tratamiento cognitivo-conductual (TCC) y asesoramiento”. Durante varias sesiones, un psicoterapeuta ayuda al paciente a fortalecer sus habilidades organizativas y su capacidad para concentrarse en las tareas. Los pacientes desarrollan técnicas de afrontamiento con cronogramas, recordatorios, planificadores y otras herramientas. Los psicoterapeutas también ayudan a los padres a mejorar sus habilidades de comunicación y a inculcar los cambios estructurales que los niños necesitan para desempeñarse correctamente. Los pacientes adultos se benefician con la participación de su pareja o cónyuge. “A menudo, es la pareja o el cónyuge quien primero trae al paciente porque dice que no puede vivir más con la situación”, afirma la Dra. Coffey.

El asesoramiento también entra en el ámbito del tratamiento cognitivo-conductual. El paciente se reúne con un asesor capacitado y certificado en habilidades para la vida o en TDAH que lo guía a través de situaciones que podría enfrentar en el hogar, la escuela o el trabajo. “Los asesores ofrecen pautas prácticas, consejos y técnicas”, explica la Dra. Coffey. Un tipo de asesoramiento, la terapia de interacción entre padres e hijos, hace que los padres de niños de hasta 10 años establezcan límites, recompensas y objetivos a corto plazo.

Cómo añadir estructura

La Dra. Coffey afirma que hacer frente al TDAH “se trata de estructura”. Además del diagnóstico, la terapia y posiblemente los medicamentos, afirma que los siguientes recursos brindan pautas que ayudan a construir una estructura en la vida diaria:

  • Niños y adultos con TDAH (CHADD.org): En este sitio web, se ofrece capacitación, apoyo y recursos, como listas de psicoterapeutas que diagnostican y tratan el TDAH, asesores de TDAH y terapeutas ocupacionales certificados.
  • Kit de herramientas para adultos con TDAH: Guía de afrontamiento, escrito por J. Russell Ramsay y Anthony L. Rostain.
  • Taking Charge of Adult ADHD(Cómo ocuparse del TDAH en los adultos), escrito por Russell Barkley.

Cómo pueden ayudar los padres y las parejas

La Dra. Coffey reconoce la “línea muy delicada” entre ayudar y asistir, y mucho depende de la edad. Por ejemplo, con un paciente que va a la universidad, la Dra. Coffey pone parte de la responsabilidad en sus manos. “Para garantizar la continuidad de la atención, derivo al estudiante universitario a un psicoterapeuta local donde asiste a la universidad o al centro de asesoramiento de la universidad. Para exigir responsabilidad, también programo una cita de seguimiento para ver a los pacientes de edad universitaria cuando regresan a casa en las vacaciones”.

Como psicoterapeuta, camina por su propia línea delgada. “Los médicos deben respetar los deseos de los pacientes de intentar hacer las cosas a su manera. Es importante tener en cuenta las elecciones del paciente y diseñar el tratamiento que se adapte a sus necesidades”.

Por último, ofrece esperanza incluso mientras subraya la necesidad de afrontar la realidad. “El TDAH es un trastorno cerebral biológico. Es real. Sea consciente de ello, pero no lo estigmatice. El diagnóstico es importante, y nunca es demasiado tarde para obtener ayuda y mejorar su vida”.

Para obtener más información sobre los servicios de UHealth que apoyan a las personas con TDAH, llame al 305-243-0214 para adultos o al 305-270-5050 para niños y jóvenes de hasta 18 años.


Nancy Moreland es escritora colaboradora de UMiami Health News. Ha escrito artículos para numerosos y reconocidos sistemas de atención médica y para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. También puede encontrar sus artículos en el Chicago Tribune.


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Tags: Déficit de atención, Dra. Barbara Coffey, psiquiatría, TDA, TDAH

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