¿Prioriza su salud mental?

Simone Biles, Naomi Osaka y Michael Phelps hablaron sin tapujos sobre sus problemas de salud mental y detallaron cómo la presión constante de la competición repercutió en su bienestar. No obstante, no hace falta ser un atleta de alto desempeño para estresarnos. La ansiedad y la depresión pueden causar estragos en todos.

Estos atletas olímpicos de alto perfil, cuando priorizaron su salud mental, pusieron de manifiesto la importancia de cuidar la mente y el cuerpo. Muchas personas siguieron su modelo de hacer una pausa para evaluar su propio estado psicológico, afirma Barbara Coffey, M.D., M.S., psiquiatra de niños y adultos del University of Miami Health System.

“Estos atletas afirman que ellos también son humanos. Y si les puede pasar a ellos, le puede pasar a cualquiera”.

No obstante, hacer públicos estos problemas nunca fue fácil. De hecho, los problemas de salud mental solían mantenerse en secreto. El estigma era suficiente para descarrilar la carrera profesional. Sin embargo, ignorar lo que necesita atención inmediata solo retrasa la mejora y puede empeorar los síntomas.

Por suerte, eso fue cambiando, aunque de forma gradual. En la investigación, se demostró la existencia de una base biológica para estos trastornos y, a partir de ese momento, la salud mental alcanzó, por fin, la paridad con los problemas de salud física, afirma la Dra. Coffey. “Nos volvimos más conscientes y comprensivos. Vemos más aceptación y apertura. Se habla más de eso”.

Aun así, persisten los conceptos erróneos. Cuando los atletas de fama mundial hicieron pública su decisión de dar un paso atrás, la reacción no fue ni mucho menos de apoyo unánime. Se los acusó de ser demasiado consentidos y débiles, y se los instó a que lo superasen, lo que es un error absoluto.

“No les decimos a las personas que se esfuercen por superar la diabetes”, señala la Dra. Coffey.

“Mejorar no es una cuestión de fuerza de voluntad”.

Además, no llevamos un control habitual (o programado) de nuestra salud mental, lo que, a veces, hace que los síntomas lleguen a una situación de crisis. “Uno se hace revisar los ojos, la piel y su salud física en las visitas anuales —afirma la Dra. Coffey— pero no se encuentra que las personas hagan lo mismo con su salud mental”.

Sin embargo, nunca es demasiado tarde para empezar.

Estas son algunas de las sugerencias de la Dra. Coffey para poner su bienestar psicológico en primer plano:

• Evalúe sus sentimientos. Ignorarlos no significa que vayan a desaparecer. Para ello, es necesario evaluar los cambios de comportamiento. ¿Siente falta de energía? ¿Cambiaron sus hábitos de sueño? ¿Come más o menos de lo normal? ¿Se preocupa todo el tiempo? ¿Bebe alcohol en exceso? ¿Consume drogas?
• Aprenda a decir que no. La presión para cumplir las expectativas del trabajo, la familia y los amigos puede ser agotadora para el cuerpo y la mente. Para muchos, sobre todo para las mujeres, complacer a los demás es una práctica que se aprende muy pronto. En palabras de Biles, se puede sentir como si se llevara todo el peso del mundo en los hombros. No tiene por qué ser así. Pregúntese: ¿Qué es lo que de verdad importa? ¿Qué se puede cancelar? ¿Qué se puede aplazar?

“La gente se compromete demasiado, pero somos humanos… no podemos hacer todo a gran velocidad todo el tiempo”, explica la Dra. Coffey. “A veces, solo debemos descansar un poco”.

• Descubra su propia definición de éxito. En Estados Unidos, el éxito suele definirse por la cantidad de dinero que se tiene o por lo que se posee. Esto suele exigir largas horas de trabajo y sacrificar el tiempo con la familia y los amigos, pero esto puede no ser lo que todo el mundo quiere. Perseguir un supuesto social puede ser problemático, explica la Dra. Coffey. ¿Cuáles son las buenas noticias? La pandemia hizo que muchos se replanteen muchas cosas.

“Piense en lo que significa para usted una vida bien vivida”, agrega. “Bien vivida equivale a equilibrada. Una vez que sepa esto sobre usted, pregúntese cómo puede ponerlo en práctica para usted”.

• Establezca límites en el trabajo. A medida que aumenta la cantidad de personas con trabajo a distancia, los límites entre ambos entornos se difuminaron. No obstante, incluso antes de la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud centró la atención en esta cuestión cuando definió el desgaste como un síndrome asociado al estrés crónico en el trabajo. Sin embargo, el lugar de trabajo puede estar cambiando, ya que los empresarios y la sociedad en general reconocen que un entorno siempre activo no es saludable para la persona ni la empresa a largo plazo. “Somos un país construido en gran medida por adictos al trabajo”, afirma la Dra. Coffey. “Fue difícil cambiar esa mentalidad, pero se reconoce que las personas pueden y deben hacer menos sin sentir ansiedad, vergüenza y culpa”.
• Concéntrese en actividades que le den alegría. Aproveche las vacaciones. Olvídese del correo electrónico y de otras conexiones de la oficina. Invierta tiempo en sus aficiones y aprenda a relajarse. “Tomarse tiempo es esencial para la salud mental”, agrega la Dra. Coffey. “Todo lo que lo aleje del ajetreo, aunque sea una hora, es esencial”.
• Disfrute del aire libre. Tanto si se trata de un paseo por el bosque como de un paseo en barco por la bahía de Biscayne, disfrutar del mundo natural puede combatir el estrés y la ansiedad.

Pida ayuda si no puede hacerlo solo. Su médico de atención primaria, o el pediatra de su hijo, debería ser su primera opción. Puede recomendarle un especialista en salud mental. También puede llamar a UHealth al 305-243-0214 para obtener ayuda si usted o un ser querido tiene problemas con el estado de ánimo, el pensamiento o el comportamiento.

Ana Veciana-Suarez, columnista invitada

Ana suele colaborar con University of Miami Health System. Es una autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post. Visite su sitio web en anavecianasuarez.com o sígala en Twitter a través de @AnaVeciana.

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