El infarto cerebral es una emergencia médica
Llama rápido al 9-1-1 ante algún síntoma neurológico.
Alfredo Terrazas y su esposa Paola Linares estaban pasando sus vacaciones de verano en Miami cuando se llevaron un gran susto.
Mientras Paola hablaba por teléfono con su mamá, Alfredo observó que ella tenía dificultad para hablar.
“No vocalizaba, nadie me entendía lo que decía, me sentí muy débil de repente, y lo único que quería era echarme a la cama porque la falta de energía era inminente”, relata Paola. “Un lado de mi cara estaba caído y tenía ganas de vomitar”.
Cuando Alfredo le pidió a Paola que levantara ambos brazos y ella levantó solamente el brazo derecho, llamó de inmediato al servicio de emergencias 9-1-1. Él sabía que la debilidad del brazo era un síntoma de un infarto cerebral y que debería actuar rápido.
La doctora Erika Marulanda, especialista en neurología vascular de UHealth, adscrita al programa integral de enfermedad cerebrovascular del Jackson Memorial Hospital, explica que la llamada de Alfredo al 9-1-1 activó una cadena de supervivencia que alertó a los paramédicos y al hospital sobre la situación de Paola.
Los paramédicos la transportaron al Jackson Memorial Hospital, puesto que era el hospital más cercano especializado en el manejo de pacientes con infarto cerebral.
En la ambulancia, Paola fue evaluada y examinada mientras se dirigía al hospital.
Cuando llegó al hospital, los médicos de emergencia, la Dra. Marulanda con el equipo de neurología, y el equipo técnico de diagnóstico, ya habían sido notificados y estaban preparados para recibirla y darle atención médica.
Una tomografía computarizada (TAC) y una angiotomografía confirmaron que Paola estaba sufriendo un infarto cerebral isquémico. “Encontramos que en el lado derecho del cerebro tenía una arteria con un coágulo muy grande”, afirma la Dra. Marulanda.
El infarto cerebral se presenta cuando se detiene el flujo sanguíneo en una parte del cerebro a causa de la ruptura de un vaso sanguíneo o por la presencia de un coágulo.
La Dra. Marulanda explica que cada segundo que no esté fluyendo sangre al cerebro, las células que quedan desprovistas de oxígeno pueden morir. De ahí que el tratamiento oportuno puede salvar la vida del paciente y aumentar las posibilidades de una recuperación exitosa.
La Dra. Marulanda explica que existen tratamientos que solo son viables dentro de un margen de tiempo específico.
Uno de los tratamientos que se utilizan para restaurar el flujo de sangre al cerebro es la trombectomía mecánica. Este es un procedimiento endovascular mínimamente invasivo que emplea un dispositivo dentro de un catéter para sujetar y sacar el coágulo. La Dra. Marulanda dice que en algunos casos la trombectomía mecánica se puede realizar dentro de las primeras 24 horas después de los síntomas.
También existen medicamentos trombolíticos intravenosos que se deben administrar, en la mayoría de los casos, en las primeras 3 horas.
“Si el paciente es candidato para estos tratamientos y podemos destruir el coágulo, sabemos que va a tener una mayor posibilidad de tener una recuperación mucho mejor que si no le hubiéramos podido dar este tipo de tratamiento”, anota la Dra. Marulanda.
Paola no calificaba para recibir fármacos para la disolución del coágulo, pero sí para una trombectomía mecánica.
Ella relata que se sorprendió cuando supo que el procedimiento se había realizado por la ingle, de forma mínimamente invasiva. “Esa misma tarde pude hablar con mi hijita”, afirma emocionada. “A los tres días ya estaba en casa y pude continuar con mis vacaciones en los parques temáticos de Orlando”.
La Dra. Marulanda afirma que el factor tiempo fue determinante para los excelentes resultados de Paola. “Ella obtuvo una recuperación completa y ahora está bien”.
Actúe rápido ante los síntomas
La Dra. Marulanda aclara que un infarto se puede presentar en cualquier momento y que, aunque los síntomas pueden ser transitorios, estos son emergencia y requieren cuidado médico inmediato. Estos pueden ser aviso de un infarto cerebral o que la persona tuvo un infarto por ese período de tiempo. Ante cualquier síntoma, se debe llamar al 9-1-1.
Una forma de recordar los síntomas de los ataques cerebrales es tener presente el acrónimo RÁPIDO, que equivale a: rostro caído, alteración del equilibrio, pérdida de fuerza, impedimento visual, dificultad para hablar, y obtenga ayuda rápido.
El acrónimo en inglés es FAST y equivale a: facial drooping o caída facial, arm weakness o debilidad del brazo, speech difficulties o dificultades del habla, y time o tiempo para llamar a los servicios de emergencia.
Un infarto cerebral puede causar varios daños en el cerebro y, dependiendo de la región cerebral y del tamaño de la zona afectada, la persona puede tener dificultad en el habla, debilidad motora, falta de sensibilidad del cuerpo, pérdida de balance, pérdida de visión, dificultad para recordar y cambios en la personalidad.
Los factores de riesgo más importantes para los infartos isquémicos o hemorrágicos son la hipertensión, el colesterol, la diabetes, un estilo de vida sedentario, la obesidad y el cigarrillo. Pero también pueden darse por predisposición genética o por el uso de medicamentos que contribuyen a la formación de coágulos.
Según la American Stroke Association, el infarto cerebral es la quinta causa de todas las muertes y una de las principales causas de discapacidad en los Estados Unidos. La cifra es tan alta que cada 40 segundos una persona sufre un infarto cerebral en Estados Unidos.
Video y artículo escrito y producido por Shirley Ravachi.
Tags: accidente cerebrovascular, Dr. Erika Marulanda, Neurología Vascular