Cuídese durante la pandemia
Navegue por la nueva normalidad con gracia y determinación.
En Florida, la mayoría de las escuelas han restablecido las clases presenciales, los restaurantes y bares atienden a los clientes y los eventos deportivos continúan. Muy pronto, llegará la temporada festiva con su propio conjunto de expectativas sociales.
Sin embargo, la pandemia continúa.
Reabrir la sociedad es un movimiento arriesgado, avanzar un paso y retroceder dos, mientras aumentan los casos de COVID-19 y las vacunas permanecen fuera del alcance. El impacto total del cansancio causado por la pandemia está entre nosotros. ¿Debemos sacrificar la seguridad para mantener nuestra cordura y nuestras conexiones sociales?
El enigma de la COVID-19
“No sabemos cómo actuar en una pandemia. Estamos aprendiendo sobre la marcha. Es difícil digerir toda la información y las pautas (de salud pública) en constante cambio. Nuestra vida laboral, escolar y personal se superponen; sin embargo, debemos realizar múltiples tareas y mantener el control. Necesitamos enfrentar y reconciliar estos desafíos para proteger nuestra salud física y mental” explica la Dra. Vanessa L. Padilla, psiquiatra de University of Miami Health System.
Desafortunadamente, lo que fortalece la salud emocional –la conexión humana–, es lo mismo que podría matarnos, según nuestros factores de riesgo.
Las personas afrontan las crisis de manera diferente.
La gente reacciona de manera muy diferente al coronavirus. Comprender las posibles razones detrás de esas reacciones puede ayudarnos a ser más empáticos. “Algunas personas identifican mejor sus emociones y valores, comunican expectativas y toman decisiones para protegerse a sí mismas y a los demás. Según diferentes valores, comprensión y expectativas, otras personas pueden tener dificultades para establecer límites o seguir las advertencias de salud pública”.
La Dra. Padilla explica que las personas que se sienten más cómodas cuando tienen el control de una situación tienden a usar mascarillas, desinfectar y mantener el distanciamiento social. “Se dicen a sí mismas ‘lo superaré’”. Otras personas tienen miedo, pero no reconocen sus sentimientos. Al igual que aquellos que utilizan la negación como herramienta de supervivencia, las personas nerviosas pueden minimizar el peligro o ignorar las normas de salud pública. También hay quienes van al extremo opuesto de “aislarse y reflexionar”. Cuando este aislamiento coincide con una enfermedad mental existente, estas personas necesitan apoyo adicional. Si familiares y amigos empáticos no pueden ayudar, el asesoramiento profesional, incluso a través de una llamada por Zoom o una aplicación de salud mental, es una buena elección. “A nivel terapéutico, mi objetivo es ayudar a las personas a tomar decisiones saludables y controlar sus sentimientos para ver cómo afectan sus relaciones interpersonales”, explica la Dra. Padilla.
Hablemos del riesgo.
Antes de hablar sobre cómo mantenerse sano y salvo, abordemos el riesgo. “Cuando estamos cansados, frustrados y queremos recuperar nuestra ‘normalidad’, somos más propensos a bajar la guardia. El riesgo es solo un riesgo hasta que le sucede a usted. Los jóvenes especialmente necesitan recordar esto”, señala la Dra. Padilla.
Al evaluar el riesgo (un amigo quiere reunirse en un restaurante o lo invita a una fiesta), la Dra. Padilla sugiere hacerse la siguiente pregunta: “Si contraigo el virus, ¿cómo cambiará mi vida cotidiana?”. En lugar de incitar al miedo, este ejercicio lo obliga a detenerse y sopesar los riesgos y los beneficios antes de responder.
Volver a lo básico
Si bien se especializa en tratar problemas que afectan la mente, la Dra. Padilla dice que todo depende del cuerpo. “En ausencia de un autocuidado físico, el autocuidado emocional no es suficiente. Debemos estar físicamente saludables para proteger nuestra salud mental”.
Si la pandemia lo obligó a hacer malabarismos con el trabajo, la educación en el hogar y los deberes de la casa, vuelva a lo básico. “Solo tenemos 24 horas al día. Cambie la prioridad de esas horas para satisfacer sus necesidades básicas de sueño, alimentación, ejercicio, etc.”.
Estas son las sugerencias de la Dra. Padilla para manejar algunas de las situaciones sociales más comunes y confusas creadas por la pandemia.
Usar o no usar mascarilla
Las personas que usan mascarilla pueden frustrarse cuando otras no las usan. “Con todos los cambios y las presiones sociales, algunas personas se sienten frustradas cuando sus necesidades no se satisfacen o no se comprenden. Es importante reconocer y no evitar nuestros sentimientos. De lo contrario, acumulamos resentimiento, ira, ansiedad, culpa o tristeza”.
El uso de mascarilla no debe convertirse en una competencia de creencias personales o confrontaciones, señala la Dra. Padilla. Ella sigue los consejos de los expertos en salud pública. “Necesitamos enfocarnos en la ciencia y la prevención. Para minimizar la transmisión del virus y la exposición, las recomendaciones son claras: use una mascarilla, mantenga la distancia y lávese las manos”.
El uno es el número más solitario
La Dra. Padilla reconoce el impacto negativo del aislamiento en el bienestar mental. Las fiestas de Netflix y las horas felices de Zoom funcionan por un tiempo, pero si anhela la interacción más allá de su perro, su gato, su familia inmediata o usted mismo, considere opciones seguras para realizar en persona. Las reuniones de grupos pequeños al aire libre, con personas en las que confía y que comparten sus valores, aumentan su sentido de conexión y reducen el estrés mientras se mantiene la seguridad. Con una planificación y comunicación adecuadas, puede distanciarse socialmente, usar una mascarilla y realizar visitas al mismo tiempo. Ya sea que vaya solo o con un amigo, hacer ejercicio al aire libre es otra forma de mejorar su estado de ánimo.
Considere el enfoque directo de la Dra. Padilla hacia una interacción social reciente. “Llamé a un amigo y le dije ‘Quiero llevar a mi perro a una playa para perros, el domingo, de 5 a 7 p. m. Conduciré yo, usaré una mascarilla y llevaré mi propia agua. ¿Te sentirías cómodo si nos vemos allí?’”. Ella estableció las reglas y su amiga aceptó felizmente la invitación. Cuando se reunió con su amigo para tomar un café, la Dra. Padilla eligió una cafetería con poca gente y asientos al aire libre. La pandemia a menudo requiere decisiones de riesgo versus beneficio. El amigo de la Dra. Padilla trabaja en una sala de emergencias, pero usa equipo de protección completo en el trabajo.
Cuide su forma de hablar
Como muestra el ejemplo de la playa para perros, la comunicación es la clave. Esto resulta especialmente importante cuando uno vive con otras personas. Si las habilidades de comunicación de su familia no son sólidas, la Dra. Padilla sugiere trabajar con un “mediador o terapeuta externo”. Los hábitos de salud de cada miembro de la familia pueden diferir según la edad, las expectativas y las necesidades. Quizás su hijo adolescente anhele la interacción social, pero la salud de la abuela requiere precaución. (El período de incubación de COVID-19 suele ser de dos a catorce días, aunque en algunos casos puede ser más largo). La Dra. Padilla recomienda el compromiso. “Podría decir respetuosamente ‘Si quieres asistir a esa reunión, debes usar una mascarilla y continuar usándola dentro de la casa’”.
Se aplican las mismas reglas si su cónyuge sale a almorzar con compañeros de trabajo, pero con una advertencia interesante: “Dígale a su cónyuge: ‘Dormiremos en habitaciones separadas y usaremos una mascarilla dentro de la casa’”.
Situación: un amigo que vive fuera de la ciudad quiere visitarlo durante el fin de semana
Pero usted tiene factores de riesgo. Y su amigo trabaja en una oficina ajetreada y sale a comer con otras personas.
Recuerde, las declaraciones en primera persona le permiten hablar en su propio nombre mientras atraviesa por situaciones sociales complicadas.
“Si recibe a alguien en su casa, tiene derecho a establecer las reglas. Diga lo siguiente: ‘Me encantaría verte, pero los casos de COVID-19 están aumentando en mi área. Pospongamos nuestra visita y comuniquémonos el mes que viene’. Haga que todo gire en torno a usted, no en torno al comportamiento de los demás. Eso elimina cualquier juicio”, señala la Dra. Padilla.
Recorra el camino
La conversación transparente les permite a los demás saber cuál es su posición, siempre que su comportamiento se condiga con sus palabras. “No podemos hacer falsas promesas o romper los límites que acordamos. Si usa una mascarilla, hágalo de la manera correcta y en todo momento. Sea un modelo a seguir para los demás. Sea directo y empático al informar a otros sobre sus medidas de seguridad”, recomienda la Dra. Padilla. Haga lo que haga, no intente “sermonear” a las personas sobre hechos científicos ni razonar con ellas. “Sus respuestas pueden surgir por miedo o por sentirse fuera de control, lo que nubla su pensamiento, a pesar de los hechos”. Si está agotado de andar en puntitas de pie sobre la cuerda floja entre la seguridad personal y la etiqueta, “tómese un descanso y concéntrese en su cuidado personal”.
A pesar de lo desafiante que es, “necesitamos sentirnos cómodos hablando de la incómoda verdad”, señala la Dra. Padilla. A veces, aceptar estar en desacuerdo con otras personas que no comparten nuestras opiniones es la mejor manera de cuidarnos.
Cuando sus clientes se quejan de fatiga pandémica, la Dra. Padilla les recuerda lo siguiente: “Hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos. Ya somos resilientes. ¡Llegamos a noviembre! Solo necesitamos mejorar nuestras habilidades”.
Nancy Moreland es una colaboradora habitual de UMiami Health News. Ha escrito artículos para numerosos y reconocidos sistemas de atención médica y para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Sus artículos también aparecen en Chicago Tribune y US News & World Report.